Examen visual
desde los 3 años. Es
conveniente que los niños acudan al oftalmólogo a partir de los 3
años, pues es desde ese momento cuando se le pueden aplicar con
garantías ciertas pruebas de agudeza visual. Desde esa edad y hasta
los 14 años, la vista del niño ha de ser revisada cada 2 años.
Pregunta
por la historia familiar. Algunas
afecciones oculares son hereditarias, por eso es importante que
preguntes a tus familiares si hay antecedentes de problemas con la
vista. De ese modo podrás realizar los controles preventivos necesarios. Si los dos o uno de los padres son miopes, sus hijos
tienen más probabilidades de tener miopía.
Cuida tu
alimentación. La importancia de los ácidos grasos Omega 3,
en concreto del DHA, para evitar la pérdida visual ha quedado
demostrada científicamente. Haz que en tu dieta abunde el pescado
rico en Omega 3, como el salmón o el atún. También los vegetales
de hoja verde proporcionan una protección interesante para la vista.
No
fumes. Sí,
el tabaco también afecta negativamente a la salud ocular. Así,
algunos estudios han señalado la relación entre fumar y el riesgo
aumentado de cataratas, daños en el nervio óptico y degeneración
macular asociada a la edad.
Sigue
hábitos saludables.Principalmente,
huye del sobrepeso, ya que aumenta las posibilidades de contraer
diabetes y otras patologías que pueden influir negativamente en la
visión, como la retinopatía diabética.
Lávate
las manos con frecuencia. Y,
sobre todo, siempre antes de tocarte los ojos. Las manos son
una excelente puerta
de entrada para todo tipo de infecciones que afectan a los ojos, como
la conjuntivitis.
Utiliza
gafas de sol. Las
gafas de sol no solo evitan los deslumbramientos del sol, sino que
protegen tus ojos frente a la radiación ultravioleta que puede
causar cataratas y lesiones oculares, y te protege frente a agentes
externos como el polen o el polvo. Úsalas al aire libre, para
conducir o si practicas algún deporte.
Cuidado
con las lentes de aumento. En muchos establecimientos pueden
encontrarse lentes de aumento, o gafas premontadas, para la vista
cansada o presbicia. Sin embargo, los expertos abogan porque las
personas con este problema de visión acudan a un centro
especializado donde se le hará una adaptación individualizada.
Haz pausas
al leer. La
lectura, ya sea en libro tradicional o en e-book, causa fatiga para
la visión, por lo que resulta imprescindible hacer pausas al leer.
Los expertos recomiendan descansar, al menos, cinco minutos por cada
hora de lectura.
Alterna
la distancia al leer. La
fatiga visual se produce cuando la vista se concentra en un solo
punto durante un largo periodo de tiempo. Para evitarla, conviene ir
alternando la atención entre puntos cercanos y lejanos. Un buen
ejercicio, por ejemplo, si trabajas con ordenador, es dirigir tu
mirada al fondo de la habitación o mirar por la ventana cada media
hora, como máximo.
No te olvides
de parpadear.Gracias al parpadeo, los ojos se hidratan para
evitar la sequedad, pero cuando la vista se fija durante mucho tiempo
en algo, tendemos a parpadear menos de lo debido. Recuerda que debes
hacerlo, sobre todo si notas molestias de sequedad ocular, en cuyo
caso, el especialista también te podrá prescribir un colirio.
Revisa
la distancia de lectura.Deberías
poder leer o estudiar a una distancia de entre 30-40 cm con respecto
al papel. Si no es así, y necesitas acercarte más, acude al
oftalmólogo.
Colócate
bien ante el ordenador. El
ordenador debe estar a unos 45 cm de tus ojos, y en un plano inferior
a la cabeza, de forma que la dirección de tu mirada sea ligeramente
oblícua hacia abajo desde la parte superior del ordenador. Si usas
gafas, procura que sean antirreflejantes para sentir menos fatiga
visual.
Usa
gafas para nadar. Algunos
agentes irritantes pueden provocarte molestias en los ojos, por lo
que se aconseja utilizar gafas especiales cuando nades o bucees en
una piscina.
Alerta
con los niños. Muchos
problemas oculares se pueden detener si son descubiertos a tiempo.
Por ello, conviene prestar atención a las primeras señales
indicativas de alteraciones en la visión durante la infancia. Por
ejemplo, frotarse insistentemente los ojos, tener lagrimeo muy
constante, bizquear o padecer enrojecimiento ocular habitual, entre
otros
Glaucoma. El
glaucoma es la segunda causa de ceguera en el mundo. Se trata de una
grave enfermedad ocular que no produce síntomas en sus inicios.
Tienen especial riesgo de padecer esta patología las personas con
antecedentes familiares, los que tienen miopía por encima de 5
dioptrías, los diabéticos, aquellos con presión intraocular alta y
los que toman habitualmente corticoides.
Haz
buen uso de las lentes de contacto. No
conviene sobrepasar nunca el tiempo máximo de uso indicado por el
óptico y es importante tratar las lentes de contacto con las
soluciones y productos específicamente indicadas para ellas. Siempre
que se manipulen, hay que lavarse previamente las manos y no deben
cogerse con pinzas u otro material que pueda dañarlas.