viernes, 15 de febrero de 2019

QUERATOPLASIA O TRANSPLANTE DE CORNEA

En qué consiste un trasplante de córnea

El trasplante de córnea —o queratoplastia— es la intervención quirúrgica en la que se sustituye el tejido corneal dañado o enfermo por tejido corneal sano procedente de un donante. La córnea es el tejido más trasplantado y, tal como decíamos al principio, el que tiene las tasas de éxito más altas. Esto se debe a su privilegio inmune: la córnea sana está desprovista de linfa y vasos sanguíneos, y mantiene su avascularidad en una condición a la que llamamos “privilegio angiogénico corneal”.

Los objetivos del trasplante de córnea son:
  1. Mejorar la agudeza visual
  2. Solucionar el dolor o la fotofobia
  3. Restaurar la morfología de la córnea
  4. Eliminar el tejido inflamado
  5. Mejorar la función estética
En estos casos es probable que se tenga que recurrir al trasplante de córnea para devolver a la córnea dañada la transparencia y poder recuperar al menos parte de la visión del ojo. Se trata de un procedimiento quirúrgico, cada vez más frecuente, en el que se reemplaza la córnea dañada por otra procedente de un donante (cadáver). Este procedimiento quirúrgico devuelve la transparencia a la córnea enferma y de esta forma el ojo recupera visión, aunque no siempre en su totalidad


Trasplante de córnea

  • Trasplante penetrante (Con injertos de espesor total) : se extrae un trozo pequeño de forma circular de la córnea del paciente y sobre la abertura generada se sutura la córnea procedente del donante. El problema de esta técnica es que la córnea queda dañada por los puntos de sutura.
  • Trasplante lamelar (De espesor parcial): en lugar de todas las capas que configuran la córnea se sustituyen únicamente aquellas que están dañadas (las más externas o las más internas). Permite una recuperación más rápida y con menor riesgo de complicaciones. También se reduce la posibilidad de un rechazo.
  • Trasplante endotelial: se trasplantan solo las células dañadas de la parte posterior de la córnea. Permite recuperar la normalidad de la visión en apenas unos días, ya que no se altera la parte sana de la córnea. Se reduce, además, el riesgo de rechazo. 
En cualquier caso, el oftalmólogo especialista en córnea y superficie ocular deberá realizar previamente una valoración ocular exhaustiva, y en las tres semanas posteriores a la operación, el paciente deberá evitar realizar esfuerzos.

Riesgos del trasplante de córnea

Como cualquier otra cirugía, el trasplante de córnea no está exento de riesgos y complicaciones postoperatorias, entre los que cabe destacar los siguientes:

Rechazo.
Cataratas.
Infecciones.
Sangrado.
Glaucoma.
Pérdida de visión.
Inflamación de la córnea.


Síntomas de rechazo del injerto
La mayoría de los pacientes que llegan a nuestra consulta por un rechazo de la córnea lo hacen porque ha disminuido su visión. En ocasiones, el rechazo también puede producir dolor, ojo rojo, sensación de cuerpo extraño o de deslumbramiento y fotofobia.
Pronóstico del trasplante de córnea

A pesar de que el rechazo de córnea del donante es muy bajo (es el tejido con menor tasa de rechazo), la posibilidad existe (en menos de un 5 % de los casos). La tasa de éxito depende, fundamentalmente, de la patología a tratar y del procedimiento con que se lleva a cabo el trasplante. Los factores de riesgo que pueden disminuir la tasa de éxito son:
  • Vascularización del lecho del huésped (el riesgo de rechazo aumenta con el número de cuadrantes corneales invadidos por los vasos, así como por el número de vasos en cada cuadrante).
  • Inflamación de la superficie ocular
  • Enfermedades infecciosas
  • Historia clínica de glaucoma y cirugías anteriores
  • Pacientes muy jóvenes y pacientes embarazadas
  • Re-injerto de un trasplante fracasado.

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