¿Qué tienen en común la retina y el vítreo?
La retina es el tejido nervioso que recubre el interior del ojo. En la retina se localiza la primera neurona de la vía visual. La información que recoge se transmite al cerebro a través del nervio óptico. Y el vítreo es un gel colágeno que rellena la cavidad vítrea en el interior del ojo humano. Ese gel tiene zonas de anclaje que le hacen estar unido a la retina y al borde de los vasos retinianos.
Según va pasando el tiempo o por diversos factores como la miopía o traumatismos, el vítreo va sufriendo un proceso de deshidratación y cambio en su estructura que lo hace retraerse y formar condensaciones que quedan flotando y que hace que se separe de las zonas de unión que tenía con la retina.
Por si sola no es una enfermedad que haga peligrar la visión, pero si puede ser el reflejo de otras alteraciones más severas de la retina.
Síntomas
Cuando se desprende el vítreo posterior, los síntomas más frecuentes son sombras móviles en forma de telarañas o puntos negros flotantes que molestan o dificultan la fijación de la mirada. En algunas ocasiones estas sombras pueden ir acompañadas de destellos o fogonazos de luz que indican que las uniones del gel con la retina están generando tracciones que pueden ser peligrosas.
En el caso de la retina, su principal enfermedad es la degeneración macular asociada a la edad, degenerativa ligada al envejecimiento. Aunque también se encuentra la retinopatía diabética, enfermedad que pueden desarrollar los enfermos de diabetes que en caso de no ser tratada puede terminar en ceguera.
Otro tipo de complicaciones severas son membranas epirretinianas, los agujeros y edemas maculares, las llamadas moscas volantes o los desprendimientos de retina.
¿Cuál es su tratamiento?
A pesar de las molestias que ocasionan las sombras que ve el paciente, el desprendimiento del vítreo no requiere tratamiento. Lentamente, el gel sufre un proceso de dilución y de depósito, que junto con la adaptación cerebral hace que con el paso del tiempo las sombras se vayan dejando de ver.
El tratamiento solo es requerido si en el movimiento del gel o en la separación con las zonas de anclaje se forman agujeros o desgarros que hayan dañado la retina. En ese caso es necesario reforzar la zona con láser Argón para generar una barrera alrededor de la zona debilitada y evitar un desprendimiento de la capa retiniana.
Es necesario el control de la evolución, ya que durante las primeras semanas es cuando mayor riesgo hay de daño de la retina. Por eso, aunque la exploración en el momento del diagnóstico haya sido normal, ante cualquier cambio de los síntomas es fundamental volver a repetir la exploración del ojo. Los signos de alarma son: Destellos de luz muy consecutivos que no cesan, aparición de más sombras móviles, disminución de visión o alteración en una parte del campo visual.
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