martes, 26 de junio de 2018

Membrana epirretiniana macular


¿Qué es una membrana epirretiniana macular?
La retina es una fina capa que cubre la parte interna de la pared posterior del ojo, en la que se enfocan las imágenes que se envían posteriormente al cerebro. En el centro de la retina se encuentra la mácula, la parte responsable de la visión central, la visión que utilizamos al leer, mirar la televisión o reconocer caras.
Por membrana epirretiniana se entiende la contracción del tejido en la superficie de la retina que provoca su arruga, con la consiguiente pérdida y distorsión de la visión. En muchos casos es preciso eliminarla con microcirugía para evitar la pérdida irreversible de visión.

Causas
El crecimiento del tejido (membrana) sobre el área macular puede producirse en ojos sanos y estar relacionado con el desprendimiento del vítreo (sustancia gelatinosa que llena el interior del ojo) de la retina. Las membranas pueden formarse también después de cualquier fenómeno que produce inflamación ocular, como cirugías o enfermedades inflamatorias e infecciosas intraoculares.
Principales factores de riesgo
El principal factor de riesgo es la edad, pero existen otros factores que se deberían considerar:

  1. Pacientes sometidos a cirugía ocular.
  1. Pacientes que han presentado inflamaciones intraoculares, sobre todo de la parte posterior del ojo.
  1. Pacientes que han presentado patología de los vasos de la retina.
  1. Pacientes que han presentado membrana epirretiniana macular en su otro ojo (aproximadamente un 20 % más de riesgo).

Síntomas
Los síntomas relacionados con la membrana epirretiniana macular suelen iniciarse gradualmente. Si la membrana se contrae, puede llegar a distorsionar la visión o puede aparecer una niebla en el centro de la visión. Con el tiempo la distorsión empeora y puede provocar dificultad en la lectura o acabar siendo muy difícil realizar cualquier tarea con el ojo afectado.
¿Cuál es su tratamiento?
Es indispensable un examen oftalmológico completo que incluya las siguientes pruebas: una retinografía, una autofluorescencia y una tomografía de coherencia óptica. En algunos casos también es necesaria una angiografía fluoresceínica para descartar una posible patología asociada.
Un porcentaje relativamente alto de membranas epirretinianas maculares tienen tendencia a estabilizarse y, si los síntomas a la altura de la estabilización no molestan o no quitan calidad de vida al paciente, se pueden seguir controlando sin necesidad de cirugía.
En los pacientes en que la membrana sigue evolucionando, se puede llegar a producir una distorsión o pérdida de visión significativa. En estos casos el tratamiento se realiza mediante vitrectomía posterior de pequeña incisión, que consiste en extraer el humor vítreo y disecar la membrana que produce la tracción, de modo que se libera la retina subyacente y se permite su relajación y su correcto funcionamiento. La cirugía se realiza con anestesia local, de manera que el paciente puede volver a su domicilio después de la cirugía.
En los meses posteriores a la cirugía la visión mejorará gradualmente en el 80 % de los pacientes. Sin embargo, en los casos en que la membrana provocase una gran tracción y deformidad del tejido retiniano, la recuperación visual puede quedar limitada.
Riesgos



Si el paciente no está operado de catarata, puede desarrollarla en el ojo operado. Otros riesgos extraordinariamente infrecuentes en cualquier procedimiento intravítreo son un desprendimiento de retina y una infección dentro del ojo (la complicación menos frecuente de todas).

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