
Dependiendo de la edad del paciente y del tipo de astigmatismo que padezca o de la graduación que presente, puede percibir o no síntomas y estos pueden ser diferentes. En general, el principal síntoma del astigmatismo es la percepción borrosa o distorsionada, tanto de los objetos lejanos como de los objetos cercanos. También es habitual la dificultad para percibir pequeños detalles a todas las distancias. En los casos en los que el astigmatismo aparece asociado a la hipermetropía es habitual que el paciente sufra fatiga visual, enrojecimiento picor y escozor de ojos, mareos o dolores de cabeza debido al sobreesfuerzo que realiza el ojo para enfocar las imágenes.
El astigmatismo puede estar determinado genéticamente o puede deberse a traumatismos o intervenciones quirúrgicas.
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